¿ Por qué debemos acudir al veterinario ?

 

 

Sobre cómo puede ayudar el veterinario
¿Para qué voy a querer ir yo al veterinario si nunca me han gustado los animales, tengo pánico a los perros, odio a los gatos y los pájaros me dan alergia? Buena pregunta. Pues bien, inluso llegados a este extremo el veterinario le puede ayudar para que pierda el miedo a los perros, para que entienda mejor a los gatos y no les odie. Incluso tal vez le convenza para que intente esa experiencia maravillosa y única en la vida que es la de compartir su tiempo con una mascota, con un animal que nos curará el estrés, nos colmará de momentos felices y de ratos de diversión sin pedir a cambio más que un poco de cariño, unos mínimos cuidados y una pizca de paciencia y comprensión.
Por supuesto que el caso anterior es una exageración, pero no crean que no sucede en ocasiones que alguien que jamás ha tenido un perro y a quien no le gustaban los animales cambia radicalmente después de tener una mascota en casa. Jamás me lo hubiera imaginado..., si me lo hubiesen dicho no me lo habría creído y ahora estoy tan feliz... son las frases que con más frecuencia se escuchan en la consulta en estos casos. Y es la pura verdad.

¿Y quién es realmente el veterinario? Otra buena pregunta. En mi caso y en el de otros muchos compañeros que dedicamos nuestra vida a los animales de compañía, el veterinario es aquel niño que quería ser médico de animales ya desde pequeño. Aquel muchacho que en bachillerato estudiaba Física y Matemáticas (aunque no le gustaban mucho) porque en primero de carrera se necesitaban. Es aquel joven que tuvo que irse lejos de casa a estudiar durante 5 años una carrera muy bonita con asignaturas no tan bonitas, con el esfuerzo económico que esto les supuso a los padres y que se pasaba el fin de semana estudiando porque durante la semana tenía clases teóricas por la mañana y prácticas por la tarde. Finalmente, obtuvo su licenciatura y se dio cuenta de que realmente no sabía casi nada, que solamente disponía de los cimientos para desarrollar su profesión. Eso sí, unos cimientos sólidos basados en muchas horas de prácticas en la facultad y en clínicas donde hacía de aprendiz. Así que ahora -muchos años después de terminar la carrera- sigue estudiando constantemente, acudiendo a cursos, seminarios, conferencias e incluso a algún que otro congreso internacional de medicina veterinaria, para seguir aprendiendo, para mejorar cada día y seguir dando un buen servicio a la comunidad, a los animales y a sus propietarios, con el esfuerzo considerable que ello supone para no quedarse atrasado ni obsoleto en sus conocimientos.

¿Cuándo y por qué debo acudir a la clínica veterinaria?
En principio, la actividad fundamental de la clínica veterinaria es la prevención y el tratamiento de las enfermedades que puedan aquejar a nuestros animales. El veterinario es el profesional mejor cualificado para aconsejar, tratar y curar a su mascota. Pero no debemos esperar a que esté enferma para acudir a su consulta. Las vacunaciones y revisiones periódicas, desparasitaciones, etc., son un pilar fundamental en la buena salud de los animales y, por consiguiente, también en la de las personas que conviven con ellos. Aparte de ser un centro de salud animal, las clínicas veterinarias son además el mejor lugar de referencia y de consulta sobre todos los temas que se relacionen directa o indirectamente con las mascotas y otros animales. Aquí podrán recibir información científica, veraz y contrastada sobre cualquier aspecto que les interese, desde la alimentación diaria de su mascota hasta el procedimiento quirúrgico más sofisticado y complejo que puedan imaginar; desde cómo inculcar unos hábitos a nuestro nuevo cachorro hasta cómo resolver los problemas de comportamiento; desde la elección de una nueva mascota hasta el tratamiento de las artrosis en el perro senil, entre otros temas.
Intentemos periodizar. Antes de tener un cachorro o, digamos mejor, una mascota, deberíamos acudir al veterinario para aconsejarnos sobre el tipo de animal que nos conviene (y olvídense por favor de los consejos de criadores y tiendas de animales que cuando no son erróneos son inexactos o pura mitología y únicamente nos pueden llevar a malentendidos o a frustraciones. La mayoría de las tiendas sólo quieren vender, sea como sea...), qué necesidades puede tener, ya sean de alimentación, de hábitat, de ejercicio físico, de cuidados del pelo, etc., y, cómo no, de los cuidados veterinarios.
En la clínica también nos indicarán dónde podemos obtener la mascota, qué lugares son de confianza, más o menos cuánto nos puede costar -para que no nos estafen- y qué requisitos legales se deben cumplir en el momento de la compra-venta del animal (contrato y condiciones de la compra, pedigrees, certificados internacionales de nacimiento en cautividad -o el famoso C.I.T.E.S.-, certificados de salud veterinarios, certificados de vacunaciones y desparasitaciones, etc).
Cuando ya tenemos nuestra nueva mascota es importante acudir al veterinario para realizar un examen pediátrico del animal. En esta primera exploración se revisa el estado general del animal, piel y pelaje, estado de nutrición, se controla la presencia de posibles parásitos externos -pulgas, garrapatas, sarna- o internos -lombrices intestinales- y además se busca específicamente la presencia de malformaciones o defectos congénitos -malformaciones de corazón, del sistema circulatorio, oculares o faciales, de la columna vertebral, etc.-. Aquello que nos encontramos con más frecuencia son las lombrices, que si no se eliminan pueden contagiarse a las personas, sobre todo a los niños e incluso en ocasiones pueden llegar a causar la muerte del animal.
A continuación, durante los primeros cinco o seis meses de vida de nuestra mascota, deberemos acudir periódicamente al veterinario para que realice las revisiones de rigor y las correspondientes -y muy necesarias- vacunaciones, ya sea en un perro, en un gato, en un caballo o en otra especie animal. El dinero que le cuestan estas vacunaciones es una pequeña inversión que redundará en grandes benefícios en la salud de nuestra querida mascota. La vacunación previene la aparición de enfermedades muy graves y muy contagiosas que pueden acabar con la vida del animal y cuyo tratamiento, no le quepa la menor duda, es muchísimo más costoso que las vacunas.
A partir de aquí, hasta que el animal, que ahora ya es uno más de la familia, alcance la senectud (a partir de 6 ó 7 años en el caso de perros y gatos) y salvo que surja algún problema, será suficiente una visita cada año al veterinario, en la cual se realizará una exploración general del animal para detectar posibles enfermedades ocultas y un recordatorio de las vacunaciones. Si el veterinario detecta algún problema, se lo comentará al propietario para tomar las medidas necesarias y solucionarlo. En los perros, una visita anual al veterinario viene a ser equivalente a una visita al médico cada siete años en una persona adulta. No es mucho.
Cuando nuestro compañero animal se vuelve viejo, es muy recomendable una revisión veterinaria cada 6 meses, puesto que a esta edad hay una serie de enfermedades (problemas cardíacos, renales, artrosis, etc.) que pueden aparecer y desarrollarse rápidamente, y en las cuales un diagnóstico precoz es fundamental. Además, muchos propietarios de animales pueden pensar que su perro ha perdido vitalidad o tose o le cuesta más moverse porque se ha vuelto viejo y no detectar unos síntomas que nos indican que algo anda mal. El veterinario está capacitado para detectar estos síntomas y darles solución, permitiendo así una vida más longeva y de mayor calidad en nuestra mascota.
Pero, como ya he comentado, las clínicas veterinarias son algo más que un centro de salud animal. También actúan en beneficio de la salud humana mediante el control y prevención de las enfermedades animales transmisibles a las personas (las llamadas zoonosis) como pueden ser la rabia, la leishmaniosis, la hidatidosis, algunas sarnas, tiñas, y un largo etcétera. Además, dado que el veterinario es la persona más cualificada y capacitada en cuestiones relacionadas con los animales -ya hemos hablado de ello- también es quien mejor le podrá aconsejar sobre la alimentación de su animal de compañía, o sobre qué insecticida es el que mejor le conviene para matar esas dichosas pulgas (y no se preocupe, que si lo usa como le indica el veterinario, el animal no se intoxicará, como ha pasado en ocasiones con productos comprados en tiendas o farmacias), o qué champú es el mejor para lavarlo y con qué frecuencia debe hacerlo, etc. Cada vez más, las clínicas veterinarias tienden a ser un centro integral de atención a los animales de compañía, donde podrá conseguir desde una colonia adecuada para su gato, o que le corten las uñas a su periquito, o que le hagan una limpieza de boca a su perro o le curen esa dermatitis que tanto picor le causa, hasta que le diagnostiquen y le traten ese problema de corazón que tenía su caniche y que usted no había notado, pero que ahora el animal se ve mucho más contento, como más joven.
¡Ah, y exíjanos...! Exíjanos explicaciones sobre qué le hacemos a su mascota y por qué se lo hacemos, exíjanos calidad en los diagnósticos y los tratamientos, exíjanos calidad en los productos utilizados para tratar a su animal, y sobre todo, hable con nosotros, comente cualquier problema o curiosidad con su veterinario, explíquenos sus dudas, pida nuestros consejos. ¡Seguro que no le defraudaremos!